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Durante el proceso de nuestros análisis individuales, reconocimos una serie de fenómenos lingüísticos vistos en clase, como por ejemplo insertos léxicos y estructurales de una lengua insertada dentro de la lengua matriz (o incluso dentro de la misma lengua matriz pero a través de las distintas variedades que hablan H1 y H2), uso de muletillas tanto en la lengua insertada como en la lengua matriz, cambios en las variedades habladas, etc.
Especialmente observamos una serie de adaptaciones lingüísticas de carácter recíproco. Mientras H2 ha ido cambiando del voseo pronominal y verbal a la forma „tú“, propia de la variedad de H1, H1 por su parte ha ido cambiando del uso exclusivo del pretérito perfecto compuesto al uso alterno de éste y el pretérito perfecto simple, propio de la variedad de H2. Esta adaptación de las hablantes a la variedad de la otra también se ve en el uso de ciertas muletillas (H1 empieza a usar “recién” en lugar de “ahora” o “ya”; H2 empieza a utilizar “tal vez” en lugar de “capaz”). Otro cambio interesante es la autocorrección de „buen día“ a „buenos días“ por parte de H2, pues es una adaptación más o menos consciente pero no necesariamente intencional. Curiosamente, se pudo observar una creciente adaptación de ambos hablantes entre sí a lo largo del tiempo y, especialmente, en grabaciones de habla aún posteriores que ya no forman parte del corpus.
Vale la pena mencionar también que ambas hablantes utilizan de vez en cuando formulaciones y estructuras lingüísticas propias de sus L1 y de distintos léxicos mentales como signo de adaptación a la otra hablante. En este proceso, por supuesto, surgen errores en ambas partes, que a veces pasan desapercibidos por parte de quien los comete, aunque a menudo se autocorrigen si se dan cuenta.
Considerando las palabras insertadas de otros idiomas a la lengua matriz, en general las hablantes mantienen el género que la palabra tendría en su lengua original (la lengua insertada en este caso), con ciertas excepciones, como por ejemplo cuando la palabra original tiene un género que no existe en la lengua matriz. En estos casos, la lengua matriz se adapta escogiendo el género más parecido, como en el caso de „un Glockenspiel“ o „el Rechenzentrum“, donde ambas palabras originalmente tienen artículo neutro. En estos dos casos, en la lengua matriz serían de género masculino, si bien en alemán los géneros masculino y neutro comparten más características a la hora de declinarse que con el género femenino. Una excepción parece ser la palabra mail o E-Mail, seguramente debido al uso generalizado de esta palabra también en español.
Tras comparar los análisis individuales nos hemos dado cuenta que hemos observado los mismos fenómenos y, después de una larga consideración, que coincidimos en la teoría de que los signos de adaptación, de darse en una exposición aislada y prolongada, podrían dar lugar a una especie de proceso de koineización, a pesar de que en este contexto, por supuesto, no se trata de una koiné en su sentido más clásico.
Autoras: Kira Molina y Marina Cots Terreu